Muchos
piensan que San Valentín se celebra desde hace poco y que surgió por el interés
de los grandes centros comerciales, pero su origen se remonta a la época del
Imperio Romano.
San Valentín era un sacerdote que hacia el siglo III
ejercía en Roma. Gobernaba el emperador Claudio II, quien decidió prohibir la
celebración de matrimonios para los jóvenes, porque en su opinión los solteros
sin familia eran mejores soldados, ya que tenían menos ataduras.
El sacerdote consideró que el decreto era injusto y desafió
al emperador. Celebraba en secreto matrimonios para jóvenes enamorados (de ahí
se ha popularizado que San Valentín sea el patrón de los enamorados). El
emperador Claudio se enteró y como San Valentín gozaba de un gran prestigio en
Roma, el emperador lo llamó a Palacio. San Valentín aprovechó aquella ocasión
para hacer proselitismo del cristianismo.
Aunque en un principio Claudio II mostró interés, el
ejército y el Gobernador de Roma, llamado Calpurnio, le persuadieron para
quitárselo de la cabeza.[1]
El
emperador Claudio dio entonces orden de que encarcelasen a Valentín. Entonces,
el oficial Asterius, encargado de encarcelarle, quiso ridiculizar y poner a
prueba a Valentín. Le retó a que devolviese la vista a una hija suya, llamada
Julia, que nació ciega. Valentín aceptó y en nombre del Señor, le devolvió la
vista.[1]
Este hecho convulsionó a Asterius y su familia,
quienes se convirtieron al cristianismo. De todas formas, Valentín siguió preso
y el débil emperador Claudio finalmente ordenó que lo martirizaran y ejecutaran
el 14 de febrero del año 270. La joven Julia, agradecida al santo, plantó un
almendro de flores rosadas junto a su tumba. De ahí que el almendro sea símbolo
de amor y amistad duraderos.[]